viernes, 26 de agosto de 2016

Arroz con leche

Cuando tenía 16 años (2006) escuché por primera vez el álbum de Panda Arroz con Leche. Soy del norte de México y creo que era común escuchar y hacerte fan de este tipo de bandas, ya sabes, bandas jóvenes, rockeras e irreverentes como Panda, Genitallica, Plastilina Mosh, División Minúscula, Kinky y otras que no recuerdo.
     Desde aquella época hasta hoy, cuando alguien dice o habla de arroz con leche, como postre, hago una relación mental con el Arroz con leche de Panda.
     Bueno, este día ha sido un día poco grato para mí. Después de pasar algunas de semanas en constante ansiedad hoy cerré un ciclo importante.
     Resulta que ayer presenté el segundo examen de última oportunidad en la UAdeC, lo llaman "la quinta". Sí, ha sido el segundo en este año después de tres años de ausencia temporal. De hecho el examen lo presentaría la semana anterior pero llegué con media hora de retraso. Cuando llegué mis sinodales ya se habían retirado. Mi maestra no se presentó. Reprogramaron la fecha y lo presente ayer. Después de esperar una hora fuera del salón donde mi maestra y mis sinodales evaluaban mi proyecto con el que me calificarían, salieron y me dijeron que este día, en el transcurso de la mañana, entregarían mi calificación. Fue, para mí, un flashback de cuando entregué el mismo proyecto (pero con bastantes errores) hacía un mes y después de revisarlo, la maestra me dijo que la calificación la entregaría en el transcurso del día siguiente y no la recibí hasta un par o más de días después. Así que, para mí, aquella respuesta ya tenía mi calificación de antemano: reprobatoria.
     Naturalmente la pasé mal pero tenía que controlar mis ánimos puesto que en la noche tenía agendada una lectura de poesía con mis amigos. La pasé bastante bien aunque el evento no estuviera tan concurrido porque mi pareja decidió participar leyendo el poema de Lorca "La casada infiel" y descubrí que es un excelente orador. Llegué a casa ya entrada la madrugada y dormí tranquila.
     Al despertar analicé mentalmente la elaboración de mi proyecto y me pareció que no era tan malo, pero mi intuición me falla poco. Tuve que esperar hasta las 12 de la tarde para confirmar mi resultado (como estrategia para no marcar y que me dijeran "aún no lo tengo, marca más tarde") y cuando me contestaron, sí, confirmaron mi flashback. 
     Llorar de nuevo fue irremediable. Llamar "diabólica" a mi maestra es natural puesto que el resultado me duele: duele en los tres años anteriores que había acreditado, duele en los tres años que pasé en receso escolar porque tuve tatuada en la cabeza la idea de volver para finalizar mi último año y graduarme; duele en el extra que pagué, el curso de inglés de verano que pagué, en la inscripción mayor de tres mil pesos y cuota interna que liquidé; en el pago del examen también me duele. 
     También lo comprendo porque falté más de la mitad del semestre a su clase. La suya era la única clase en la que estaba inscrita por motivos de recursamiento. Tuve que elegir entre asistir a su clase los lunes y los jueves después de las 7pm o quedarme en el trabajo. Evidentemente elegí mi empleo. Nunca pensé que esa decisión tendría consecuencias tan dramáticas, por lo que hoy he aprendido que debo de ser más analítica con mis decisiones. 
     Cuando mi pareja se dio cuenta de mi estado de ánimo decidió dejar en su negocio al socio de este mismo y se quedó un rato en casa conmigo. Estuve pensativa, más bien ausente y de pronto me dieron ganas de comer algo dulce. Aunque hay pan de azúcar en casa decidí que prefería preparar arroz con leche. 
     Entonces, mientras la leche se consume en el vapor de la olla, mi pareja toma una ducha para salir a tocar con su banda esta noche y yo, escribo este texto como una forma de despedir la carrera que estuvo dando vueltas en mi cabeza alrededor de siete años, escuchando a Panda.


1 comentario:

  1. me llama la atención lo que dices, acerca de tener que escoger entre la carrera y el trabajo, dice calor fuentes que escoger es una trampa.. y siempre es así, debes dejar lo que te gusta hacer por lo que tienes o debes hacer y no por gusto sino por
    pervivencia

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